agosto 12, 2021 admin Medios Imágenes Sin título: Esta muestra de réplica pintada del Templo de la Serpiente Emplumada que se encuentra en el Museo Nacional de Antropología, en la Ciudad de México, ofrece una idea de cómo habría sido el templo originalmente durante el reinado de Teotihuacán. El templo, con su perfil arquitectónico talud-tablero único en Teotihuacán, en el que los paneles en forma de rectángulo estaban acentuados por desniveles, habría estado cubierto de yeso y pintado en vibrantes tonos verdes y rojos. A lo que sería la otrora estructura de 7 niveles, en total el templo tendría instaladas 365 esculturas de cabezas entre la de la serpiente emplumada, Quetzalcóatl y la de otro dios ligado a la fertilidad y el agua, Tláloc; 260 de ellas representando a Quetzalcóatl. Sin título: En toda Mesoamérica el tinte rojo llamado cochinilla siempre ha sido de gran valor y más fuertemente colocado es más bien una tradición establecida pesando de importancia para su uso en murales y pinturas religiosas. El Templo de la Serpiente Emplumada cuando fue diseñado estaba pintado de verde y rojo hecho por el tinte de cochinilla. El tinte de cochinilla, aunque se refiere a los cactus y puede ser confundido como un producto directo de una planta, es más bien el producto de insectos microscópicos que se alimentan de la almohadilla del nopal. Los pueblos de Mesoamérica desarrollaron las técnicas de la cría de la cochinilla y cada vez que se ve pintura roja, telas y textiles de color rojo brillante, es esencial entender la tradición detrás de por qué el color rojo es comúnmente visto y apreciado, como que en sí mismo, el símbolo de la serpiente emplumada. Sin título: Esta imagen es una fotografía tomada de una de las dos plazas principales o ciudadelas construidas en Teotihuacán. La calle central representada es la Avenida de los Muertos que se dirige directamente al sur, donde a tres kilómetros se encuentra el Templo de la Serpiente Emplumada. Teotihuacán, a pesar de los escasos textos históricos de que se dispone, fue una ciudad y un imperio que se adelantó mucho a su tiempo. En poco más de 200 años la Pirámide del Sol, la tercera más grande del mundo en tamaño, la Pirámide de la Luna y el Templo de la Serpiente Emplumada fueron construidos por los teotihuacanos sin el uso de la rueda indicada ni de herramientas metálicas. Teotihuacán llegó a tener una población de más de 200.000 habitantes, comparada con la de Londres, para la que habría que esperar hasta el siglo XVI. Su ciudad fue diseñada en base a una cuadrícula, similar a los planos de hoy en día, y habiendo consistido en vecindarios o barrios multiétnicos que preservaban su idioma, cultura y costumbres de cada grupo particular de personas. Los teotihuacanos introdujeron el estilo único de la arquitectura talud-tablero. El talud es el panel rectangular colocado sobre el tablero, que está inclinado y este perfil arquitectónico fue adoptado más tarde por otras sociedades. Sin título: Lo que empezó pensando que una fuerte lluvia había provocado un agujero en el suelo se convirtió más bien en un torrente de emoción cuando Sergio Gómez y sus trabajadores encontraron que existía a pocos metros bajo la tierra un pozo. Durante la excavación del túnel se empleó el robot titulado Tlaloc II, así como para cartografiar, un escáner láser de tres haces. Más de 200 toneladas de tierra fueron removidas como parte de este descubrimiento de la empresa y demostrando como un beneficio para la preservación de los artículos encontrados fue el sorprendente nivel de humedad por debajo. El túnel mide 60 pies bajo tierra, más de 100 pies hacia el interior hasta el eje central del templo, y consta de tres cámaras excavadas a mayor profundidad que la pasarela del túnel. Sin título: Esta estatua es una de las varias que se han excavado recientemente en las cámaras del final del túnel bajo el Templo de la Serpiente Emplumada. Representando la fertilidad, fue colocada estratégicamente donde su eje visual se alinea con el eje vertical del templo sobre el suelo. Cada cámara se llenaba de agua, tal y como indican las líneas de agua en las paredes de piedra, y esta estatua, como una de las varias que hay, tiene el propósito de santificar el agua, o lo que es lo mismo, el lago subterráneo. Por sugerencia de varias ofrendas encontradas, incluyendo más de 40,000 piedras verdes, piezas de jade, conchas preciosas y obsidiana, se cree que los líderes de Teotihuacán visitaban frecuentemente el lago para presentar regalos a su dios, Quetzalcoatl. Sin título: Este mural, explicado por David Carballo en la película, Secretos de los muertos: los reyes perdidos de Teotihuacán, representa una montaña y «emergiendo del interior del agua» que fluía de un lago subterráneo representativo del inframundo y que era un «lugar de fertilidad y abundancia», relató Carballo. Existen muy pocos registros históricos que ofrezcan conocimientos para entender a la gente que vivió en Teotihuacán. De lo que queda de las ruinas, como por ejemplo los conjuntos de apartamentos donde se encontró este mural en una pared, resulta invaluable para arrojar luz sobre sus creencias y del túnel que buscaban crear como un lugar físico para entrar, entendiendo su importancia para el pueblo.