Continuación del anterior…
Los huesos de las fajas pectorales, que consisten en la clavícula y la escápula, aumentan en gran medida el rango de movimiento posible en la región del hombro más allá de lo que sería posible con la articulación del hombro solamente. Los músculos de esta región permiten esta amplitud de movimiento y se contraen para estabilizar esta región y evitar cualquier movimiento extraño. En la parte anterior de la región torácica, los músculos pectoral menor y serrato anterior se originan en las costillas anteriores y se insertan en la escápula. Estos músculos trabajan juntos para mover la escápula en sentido anterior y lateral durante los movimientos de empuje, lanzamiento o golpeo. En la región superior de la espalda, los músculos trapecio, romboide mayor y elevador de la escápula anclan la escápula y la clavícula a las espinas de varias vértebras y al hueso occipital del cráneo. Cuando estos músculos se contraen, elevan la cintura pectoral (como en el encogimiento de hombros) y mueven la escápula medialmente y posteriormente hacia el centro de la espalda (como en el remo). El trapecio también se contrae a lo largo de la nuca para extender la cabeza en el cuello y mantenerla erguida durante todo el día.
Nueve músculos del pecho y de la parte superior de la espalda se utilizan para mover el húmero (hueso de la parte superior del brazo). Los músculos coracobraquial y pectoral mayor conectan el húmero por la parte anterior con la escápula y las costillas, flexionando y aduciendo el brazo hacia la parte delantera del cuerpo cuando se estira hacia delante para coger un objeto. En la parte posterior del brazo, el teres mayor y el dorsal ancho extienden y aducen el brazo hacia la escápula y las vértebras cuando se tira de un objeto desde un estante por encima de la cabeza. Los músculos deltoides y supraespinoso se sitúan en la parte superior de la escápula y el húmero para abducir, flexionar y extender el brazo. Estos músculos nos permiten levantar el brazo en el aire o balancear el brazo como en el lanzamiento de una pelota por debajo de la mano. La rotación del húmero se consigue gracias a la acción de los músculos subescapular, infraespinoso y teres menor, que van desde la escápula hasta el húmero. Estos tres músculos rotadores, junto con el supraespinoso, terminan en amplios tendones que rodean completamente la cabeza del húmero y forman una estructura conocida como manguito rotador, que mantiene el húmero en su sitio y evita la dislocación. La rotación del húmero por parte de los músculos del manguito rotador es necesaria para actividades como lanzar una pelota por encima del hombro o blandir un martillo.
Además de mover el brazo y la cintura pectoral, los músculos del tórax y de la parte superior de la espalda trabajan juntos como un grupo para apoyar el proceso vital de la respiración. El diafragma es un músculo fuerte, delgado y con forma de cúpula que abarca todo el borde inferior de la caja torácica, separando la cavidad torácica de la abdominal. La contracción del diafragma hace que éste descienda hacia el abdomen, aumentando el espacio de la cavidad torácica y expandiendo los pulmones, llenándolos de aire. Unos pequeños músculos que discurren entre las costillas, conocidos como músculos intercostales externos, levantan las costillas durante la respiración profunda para expandir aún más el tórax y los pulmones y proporcionar aún más aire al cuerpo. Durante la espiración, el diafragma se relaja para disminuir el volumen de la cavidad torácica, forzando la salida de aire de los pulmones. El aire adicional puede salir de los pulmones durante la espiración profunda mediante la contracción de los músculos intercostales internos, que empujan las costillas y ayudan a comprimir la cavidad torácica.