En la octava conferencia del curso del Hillsdale College sobre las historias de Atenas y Esparta, que puedes seguir conmigo aquí, Paul A. Rahe, profesor de Western Heritage en Hillsdale, explica la desaparición de Esparta tras su victoria en la Guerra del Peloponeso.

El éxito de Esparta en la Guerra del Peloponeso

Después de la Guerra del Peloponeso, Esparta intentó crear un imperio tras derrotar a Atenas. La sociedad de Esparta se basaba en la disciplina de sus ciudadanos, una cualidad que se quebró entre la población de fuera del Peloponeso y condujo al desorden.

Después de que el líder militar y social Alcibíades animara a los atenienses a invadir Sicilia, los atenienses decidieron destituirlo y juzgarlo por cargos de impiedad. En lugar de volver a casa y enfrentarse a una muerte segura, el general ateniense huyó a Esparta y les ayudó en su lucha contra su propio pueblo. Su ayuda jugó un papel integral en la inclinación de la balanza a favor de Esparta a lo largo de la Guerra del Peloponeso.

Mientras los conflictos entre las ciudades griegas, una guerra de sucesión en Persia estaba en marcha. El rey Darío II envió a su segundo hijo, Ciro el Joven, a Asia Menor, donde se encontró con Lisandro de Esparta. Ciro formó una alianza con el general espartano con la esperanza de que los espartanos le prestaran apoyo militar en sus esfuerzos por ascender al trono y luchar contra los esfuerzos de su hermano mayor por alcanzar el trono. En el año 405, Lisandro destruyó la flota de barcos atenienses, lo que hizo que Atenas se rindiera rápidamente.

Después de ser derrotados por los espartanos, los atenienses advirtieron que no podrían sostener un imperio porque su sociedad dependía del estricto cumplimiento de las normas y de una disciplina entre el pueblo que no podía ser duplicada en otros lugares. Los atenienses dijeron a sus antiguos rivales que los pueblos de fuera se resentirían del gobierno espartano y acabarían volviéndose contra ellos si los espartanos intentaban imponer su modo de vida a los demás. La integración de otros grupos de personas con valores y estilos de vida diferentes también corrompería el sentido de la disciplina de su pueblo, un cambio que finalmente condujo a la caída de Esparta.

Esparta construye un imperio

El pequeño espacio geográfico que ocupaba Esparta antes de la guerra ayudó al pueblo espartano a mantenerse disciplinado. Dentro del Peloponeso, todos se conocían y todos vigilaban las acciones de los demás, pero cuando el imperio se expandió fuera de esta pequeña península, los espartanos perdieron el sentido de la disciplina al estar lejos de los ojos vigilantes de sus vecinos.

Los espartanos fueron lo suficientemente duros con sus aliados, concretamente con Corinto y Tebas, como para estimular a estas ciudades a buscar una alianza entre ellas en oposición a Esparta. Los persas, viendo estas tensiones entre las ciudades-estado griegas, las enfrentaron entre sí en un esfuerzo por evitar que Esparta amasara demasiado poder. Tebas se agravió hasta el punto de enfrentarse a Esparta en la batalla de Leuctra, que ésta perdería, en el 371 a.C.

Como consecuencia de la victoria, no de la derrota, Esparta cayó. Cuando Esparta trató de imponer el gobierno a otras ciudades, lo hizo imponiendo su forma de gobierno, el gobierno marcial, a todas las diferentes ciudades y grupos de personas que conquistó, independientemente de sus predilecciones culturales. Esto provocó tensiones entre las ciudades que gobernaba Esparta y las impulsó a levantarse contra ellas.

Lo que debemos aprender de la desaparición de Esparta

Merece la pena comprender el ascenso y la caída de Esparta porque ofrece un ejemplo de una sociedad que se organizó de forma eficaz, algo poco frecuente entre los pueblos, incluso hasta nuestros días. Las decisiones de política exterior de Esparta se derivaban de su política interior. En otras palabras, las relaciones de Esparta con otras ciudades y otros pueblos reflejaban las prioridades de los espartanos en casa. Para entender el régimen espartano es necesario comprender su modo de vida: sus valores, creencias religiosas y cultura.

Cuando Esparta comenzó a expandirse, lo hizo en detrimento del modo de vida espartano. Al debilitar la determinación del pueblo espartano mediante la expansión, el imperio se debilitó. Los espartanos se expusieron a ataques cuando trataron de imponer su modo de vida a los pueblos que subyugaban. Los forasteros no compartían la extrema lealtad y dedicación al estado que poseían los espartanos nativos, y esas tensiones debilitaron el imperio.

Este error, este crítico error de cálculo, es importante que lo entiendan otros pueblos que viven en otras épocas y regímenes. No se puede imponer el modo de vida de una sociedad a otra sin que exista un marco cultural similar.

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