¿Te mudas de casa? Te llevas tus fieles electrodomésticos? Aquí tienes una guía de Appliances Online para trasladar uno de los electrodomésticos más grandes, incómodos y delicados: el frigorífico.
Vacía primero el frigorífico
Esto debería ser una obviedad, pero te sorprendería la cantidad de gente que lo olvida. Consume la comida que no quieres perder y deja que el resto se vaya (quizás guarda lo bueno en casa de un amigo). Su frigorífico será más ligero, por lo que será más fácil y seguro de trasladar, y además estará mucho más limpio a su llegada.
Descongele
El agua y el hielo no sólo dificultarán las cosas a los encargados de la mudanza, sino que mientras el frigorífico está en tránsito, podrían meterse donde no deben y dañar su unidad. Antes de la mudanza, deje el frigorífico/congelador apagado hasta que todo el hielo acumulado se haya derretido, y luego limpie todo el agua sobrante.
Saque los estantes
Aunque son lo suficientemente estables cuando el frigorífico está parado, los estantes sueltos se moverán durante el transporte, lo que provocará daños. Si no puede quitar los estantes, asegúrelos firmemente en su lugar usando cinta adhesiva. Hablando de eso…
Cierre la puerta con cinta adhesiva
Esto evita que la puerta de su nevera se agite en su cara – es mucho más fácil mover una caja grande y sólida sin tener uno de sus lados cayendo abierto todo el tiempo.
Trabaja en equipo
Los frigoríficos desmontados pueden parecer engañosamente ligeros (dependiendo de la marca y el modelo), por lo que puedes pensar que, con un carrito a mano, puedes moverlo tú solo. Sin embargo, los frigoríficos siguen siendo grandes y voluminosos y requieren un gran cuidado a la hora de moverlos, por lo que vale la pena llevar a un amigo para que te ayude (intenta prometerle unas cuantas bebidas frías del frigorífico una vez que lo hayas montado…).
Si es posible, manténgalo en posición vertical
Los cuentos de viejas dicen que los frigoríficos de modelos antiguos nunca deben colocarse en posición horizontal en la parte trasera del camión durante la mudanza, ya que esto hace que los aceites, gases y refrigerantes de su funcionamiento se salgan de su sitio y dañen gravemente la unidad al volver a ponerla en marcha. Esas viejas esposas estaban en lo cierto, ya que incluso los frigoríficos nuevos pueden estropearse por un transporte brusco.
Independientemente de que sea nuevo o viejo, poner un frigorífico de lado durante una mudanza corta (por ejemplo, al siguiente barrio) no debería suponer un gran problema, pero cuando se lleve uno en un viaje más largo (por ejemplo, de Sídney a Gosford), debe asegurarse de que esté en posición vertical para evitar daños. Si se tumba el frigorífico para trasladarlo, puede hacerlo de frente o de lado, pero no se recomienda tumbarlo de espaldas: el peso del cuerpo del frigorífico sobre sus piezas de trabajo podría dañarlas, aunque no estén expuestas.
En cualquier caso, cuando llegue a su destino, debe dejar el frigorífico en posición vertical y desenchufado durante al menos dos horas antes de volver a ponerlo en marcha, para que los aceites, gases y refrigerantes vuelvan a su posición correcta. Si el compresor es muy ruidoso cuando lo pones en marcha, es posible que se haya dañado durante el transporte, o simplemente que el compresor esté defectuoso. En este punto, probablemente sea mejor llamar al servicio técnico; Appliances Online puede ayudarte a encontrar los datos de contacto del fabricante.
Tenga cuidado
Aunque una persona grande y de aspecto sólido puede ser descrita como «construida como un frigorífico», los propios frigoríficos pueden ser en realidad bastante delicados. Un truco es envolver el frigorífico en una manta para ayudar a amortiguar cualquier impacto accidental que pueda acumular durante la mudanza, evitando así golpes y abolladuras en la superficie exterior y daños en las partes funcionales de la parte trasera.
Y recuerde que, por muy resistente que crea que es su frigorífico, nunca será tan resistente como éste: