Para reducir los impactos adversos de la superpoblación, es necesario tomar medidas de mitigación, como la difusión de la concienciación y la educación sobre la superpoblación, la promulgación de medidas y regulaciones de control de la natalidad y la provisión de acceso universal a dispositivos de control de la natalidad y planificación familiar. En países como China, el gobierno ha puesto en marcha políticas que regulan el número de hijos permitidos a una pareja, y algunos líderes y ecologistas están sugiriendo que las Naciones Unidas implementen una política de un solo hijo como la de China a nivel mundial para ayudar a controlar y reducir la superpoblación gradualmente. Otros, como Gerard K. O’Neill, Marshall T. Savage y John S. Lewis, han sugerido la construcción de hábitats espaciales en cinturones de asteroides o en la atmósfera de Venus como soluciones viables para sostener con éxito las actuales tasas de crecimiento demográfico. Estabilizar la superpoblación humana, fuera de depender de una indeseable toma de posesión global de las Naciones Unidas o de esperar a enviar las futuras poblaciones al espacio, es posible mediante la disponibilidad generalizada de la planificación familiar, la difusión de la concienciación sobre las causas y los efectos de la superpoblación, la facilitación del acceso a los dispositivos de control de la natalidad y la aplicación de normas sociales, como las estrategias de marketing social, para educar al público, especialmente en los países en desarrollo, sobre la superpoblación y proporcionarles las herramientas que necesitan para tomar las decisiones que deseen. En todo el mundo, casi el 40% de los embarazos no son deseados, lo que equivale a unos 80 millones de embarazos no deseados cada año y, según el Fondo de Población de las Naciones Unidas, se calcula que 350 millones de mujeres de los países más pobres del mundo no quieren tener su último hijo, no quieren tener otro o quieren espaciar sus embarazos, pero carecen de acceso a información y a medios y servicios asequibles para determinar el tamaño y el espaciamiento de sus familias. Incluso en Estados Unidos, en 2011, casi la mitad de los embarazos fueron no deseados. El Instituto Worldwatch ha publicado El estado del mundo 2012: Hacia una prosperidad sostenible, y en el capítulo «Nueve estrategias demográficas para no llegar a los 9.000 millones», el presidente del Worldwatch Institute, Robert Engelman, afirma que «si se pusieran en práctica la mayoría de estas estrategias, o todas ellas, la población mundial probablemente alcanzaría su punto máximo y, posteriormente, comenzaría un descenso gradual antes de 2050, lo que garantizaría el desarrollo sostenible de los recursos naturales y la estabilidad mundial en el futuro». Aplicando políticas que defiendan los derechos humanos, promuevan la educación y reflejen los verdaderos costes económicos y medioambientales de la maternidad, el mundo puede detener la población antes de los 9.000 millones que tantos analistas esperan.» Descubra ‘City Solutions’

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