La albahaca santa, originaria del sur y el sudeste de Asia, es una hierba con un importante significado cultural y religioso. En otras partes del mundo, esta hierba es más familiar como un sabor común en la comida tailandesa, pero es una planta sagrada para los hindúes. Puede disfrutar de esta hierba aromática, sabrosa y medicinal en su propio jardín.

¿Qué es la albahaca santa?

La albahaca santa (Ocimumtenuiflorum), está estrechamente relacionada con la albahaca dulce utilizada en las cocinas de todo el mundo. Es una planta herbácea perenne, leñosa y de corta duración que crece mejor en climas tropicales y subtropicales. También crece bien en contenedores para jardines y hogares en regiones más frías.

En la India, la albahaca santa se cultiva tradicionalmente en macetas dentro y alrededor de los templos con el fin de limpiar a los visitantes. Las plantas de albahaca santa también son importantes en la medicina ayurvédica y se han utilizado durante miles de años.

Usos de la albahaca santa

Además de sus usos e importancia religiosa, la albahaca santa se utiliza en la cocina y la medicina. Se utiliza más a menudo como hierba culinariaen los países del sudeste asiático, especialmente en Tailandia. Se puede utilizar de la misma forma que la albahaca dulce: en salsas, ensaladas, salteados, platos de pollo, pastas, etc. El sabor de la albahaca santa es más picante que el de la albahaca dulce.

Las hierbas de la albahaca santa también se han utilizado durante mucho tiempo con fines medicinales. La albahaca sagrada se utiliza para las náuseas y otras dolencias estomacales, para reducir la inflamación, para promover la relajación y aliviar el estrés, y para aliviar los dolores de cabeza, dolores de muelas, dolores de oído, dolor en las articulaciones, los síntomas del resfriado y la gripe, y la fiebre.

Cómo cultivar la albahaca santa

Puede cultivar la albahaca santa igual que otras hierbas, pero necesita temperaturas cálidas. Cultívela al aire libre en verano, durante todo el año si se encuentra en un clima tropical o subtropical, o manténgala en contenedores que pueda trasladar al interior en invierno.

Utilice un suelo ligero, con buen drenaje y enriquecido con material orgánico, aunque la albahaca santa tolera bastante bien los suelos pobres. Su planta también tolerará algo de sombra, por lo que no es necesario que esté a pleno sol.

Manténgala regada pero no empapada y coseche las hojas según sea necesario, tal y como haría con una planta de albahaca dulce normal.

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