Los israelitas acudían al rey Salomón cuando necesitaban ayuda. Un día, dos mujeres acudieron a él con un niño. Las mujeres dijeron que vivían en la misma casa. Cada una tenía un bebé, pero uno de los bebés murió. Ahora las dos mujeres querían al bebé que estaba vivo. Cada madre dijo que era su bebé. Querían que el rey Salomón les dijera quién podía quedarse con el bebé.