Al lado del pánico, la ansiedad y la soledad, el aburrimiento podría sonar bastante inocuo ahora mismo. Pero aquí está la cosa: la depresión a menudo puede mostrarse como aburrimiento.
Cuando estaba en los peores momentos de mi salud mental, me describía a mí mismo como «aburrido»: aburrido de mi carrera, aburrido de mis aficiones, aburrido de mi trabajo. Lo que en realidad estaba experimentando era que la alegría era absorbida de todo lo que normalmente amaba. (La depresión hace eso a veces.)
Incluso si no fuera por la depresión, el aburrimiento puede ser malo para tu salud mental. La monotonía y la falta de estímulos pueden hacer que te sientas aletargado, inútil y miserable. El aburrimiento puede cambiar su máscara para mostrarse como irritación o incluso ira, lo que puede ser difícil de manejar mientras estás atrapado en la casa.
Para mantener el aburrimiento a raya, hay dos cosas que me han ayudado: la productividad y la variedad. Sentir que estoy trabajando hacia un objetivo me da un sentido de dirección, y cambiar mi rutina diaria me ayuda a distinguir un día de otro.
Dado que el aburrimiento a menudo conduce al letargo y te hace sentir desmotivado, la mayoría de estas sugerencias requieren muy poca energía. Pero siéntete libre de ser más ambicioso y aventurero con tu rutina.
Desayuna en un lugar diferente cada mañana
Para evitar que cada día se sienta igual, deberías intentar evitar que cada mañana se sienta igual. Como alguien que ha trabajado desde casa durante unos 4 años, creo firmemente que el simple hecho de cambiar tu entorno puede cambiar totalmente tu estado de ánimo.
Es fácil sentarse en tu escritorio para cada comida, pero simplemente sentarse en otra habitación puede romper la monotonía de la rutina. Si tienes la suerte de tener un balcón o un jardín, come allí. Si no, desayuna un día en la cama, pásate al sofá otro día y siéntate en tu mesa o escritorio al día siguiente.
Intenta hacer algo de ejercicio
Empezar el día con un poco de ejercicio puede combatir esa sensación de «asco» y librar a tu cuerpo de esa tensión creciente. Un entrenamiento completo es genial, pero si no te apetece, una sesión de baile o unos saltos de tijera serán suficientes.
¿Te cuesta motivarte? Recuerda: A no ser que te lesiones o te esfuerces demasiado, es poco probable que te sientas peor después de hacer ejercicio.
Agradece tu ducha matutina
Vivimos en una época en la que muchos nos obsesionamos con la higiene, pero el hecho de que ducharse sea una tarea esencial no significa que no pueda ser también edificante. Cuando estoy de mal humor, encuentro que usar un gel de ducha diferente me levanta el ánimo.
Este es mi método de baja energía para despejar mi mente, ya que el cambio de aroma o textura me ayuda a combatir la niebla cerebral. Recomiendo aromas refrescantes como los cítricos, el eucalipto o la menta, que me hacen sentir con energía y concentrada. Ahora es el momento de sacar esos elegantes jabones que te regalaron por tu cumpleaños.
Pon algo de música mientras haces tus tareas nocturnas
La música alegre puede sacarte del mal humor, y una buena lista de reproducción puede convertir la monotonía de la limpieza en algo un poco más emocionante. Es difícil odiar lavar los platos cuando estás cantando melodías cursis de karaoke.
Para obtener puntos extra, prueba con música que te evoque recuerdos especiales y positivos. Yo he revivido mis años de angustia emo reproduciendo una lista de reproducción de pop-punk de los años 00.
Haz algo creativo
Netflix está muy bien, pero si estás cansado de mirar una pantalla cada noche, prueba una actividad diferente para relajarte. Una manualidad repetitiva, como tejer o colorear, puede ayudarte a desconectar y descomprimir, mientras que pintar o dibujar puede ser una forma estupenda de expresarte.
Recuerda que todo lo que crees no tiene por qué ser bonito o perfecto: se trata de divertirte.
Come algo fantástico
En mi país están prohibidos los pedidos de comida a domicilio y, como amante de la comida, echo mucho de menos los restaurantes. El lado positivo es que esto me ha dado la oportunidad de probar algunas recetas nuevas. La comida, creo, añade variedad a mi vida y puede darme algo que esperar al final del día.
Si no tienes la energía o las ganas de hacer una comida del nivel de «MasterChef», ¡no pasa nada! Simplemente prepara algo sabroso, ya sea una sopa divina y cremosa o el plato favorito de tu infancia: judías al horno con tostadas.
Diario
Probablemente hayas oído que practicar la gratitud es excelente para tu salud mental, y sí, algunas investigaciones parecen respaldarlo. Escribir un diario es una gran manera de hacerlo.
No tienes que escribir un diario completo. Simplemente anota tres cosas buenas que hayan sucedido cada día. Esto no sólo te ayuda a apreciar los momentos alegres, sino que también te ayuda a distinguir los acontecimientos de un día de los del día siguiente, para que no sientas que todos los días son iguales.