Lesiones comunes de cadera

Las lesiones de cadera son extremadamente comunes en personas de todas las edades. Los niños, los adolescentes y los adultos jóvenes que practican deportes corren un gran riesgo de sufrir lesiones de cadera. Las personas mayores también son propensas a sufrir lesiones de cadera debido a las caídas, ya que la densidad ósea disminuye con la edad, al igual que la elasticidad de las articulaciones. Las personas que cargan demasiado peso también son susceptibles de sufrir lesiones de cadera, debido a la excesiva presión que se ejerce sobre la cadera.

Incluso cuando la lesión se produce en la cadera, el dolor y la posterior movilidad comprometida pueden aparecer en otras zonas del cuerpo, como la pierna, la ciática, la ingle o la columna vertebral. Cuando los síntomas no se manifiestan en la zona lesionada, puede ser difícil para los médicos diagnosticar el problema correctamente. Por ejemplo, es más probable que una lesión en la ingle indique una hernia que una lesión en la cadera. El dolor ciático suele atribuirse a problemas nerviosos, no a una lesión de cadera. Los desgarros del glúteo medio, un desgarro en el músculo que controla el movimiento hacia fuera del cuerpo, pueden causar un dolor persistente, que puede simular una bursitis trocantérica.

Muchos de estos trastornos pueden tratarse mediante cirugía artroscópica u otros procedimientos mínimamente invasivos. Los especialistas del Vanguard Chicago Center for Orthopedics realizan pruebas y exámenes exhaustivos para identificar y diagnosticar correctamente el origen del dolor y realizar un seguimiento con el plan de acción adecuado.

Descripción de lesiones deportivas

Desgarro del labrum

El labrum es el sello que «pega» la bola y la cavidad -la cabeza femoral- al acetábulo. Cuando el labrum se desgarra, la bola y la cavidad pueden desprenderse, causando inestabilidad y pérdida de lubricación. Los síntomas de un desgarro del labrum incluyen dolor agudo en la ingle, el muslo o la pierna, rigidez, «chasquidos» y disminución de la amplitud de movimiento.

Una de las causas más comunes de los desgarros del labrum se conoce como pinzamiento femoroacetabular (FAI). Hay dos tipos de FAI: Pincer impingement y Cam Impingement. El pinzamiento implica un exceso de tejido del borde del acetábulo. Cuando la cadera se mueve, el hueso de la pierna roza con la lesión en pinza. Si no se aborda rápidamente, el pinzamiento puede aplastar el labrum, que sirve de amortiguador entre el cuello del fémur y el acetábulo. El pinzamiento de leva es una lesión o protuberancia que se forma justo en la cabeza del fémur. Cuando se mueve, la lesión choca contra el labrum y el cartílago del acetábulo.

Cuerpos sueltos

Un cuerpo suelto es un pequeño trozo de cartílago o hueso desprendido que flota dentro de la articulación. Al moverse, la articulación de la cadera puede «golpear» el cuerpo suelto, causando un dolor agudo. Las personas a las que se les ha diagnosticado un raro trastorno llamado condromatosis sinovial corren un riesgo extremo, ya que el síndrome produce múltiples cuerpos sueltos dentro de la articulación.

Iliopsoas Impingement and Snapping Hip

El músculo iliopsoas (flexor de la cadera) recorre la parte delantera de la cadera, conectando la columna vertebral con el fémur. Si no se tiene especial cuidado en estirar adecuadamente el iliopsoas antes de realizar una actividad rigurosa, sus músculos y tendones pueden tensarse, provocando un pinzamiento del iliopsoas. Muchas veces esto se asocia a un «chasquido de cadera», en el que el tendón del iliopsoas se encaja en el labrum. Esto, a su vez, provoca un roce con el labrum, lo que puede conducir a un desgarro.

Necrosis vascular

La necrosis avacular (AVN) es una afección resultante de la falta de suministro de sangre a la cabeza del fémur, que provoca la muerte de parte de su hueso. La NVA puede producirse por una dislocación, el uso excesivo de cortisona o el consumo excesivo de alcohol durante un largo periodo de tiempo. Si no se trata, la NVA puede acabar provocando el colapso del hueso.

Bursitis

Una bursa es un saco cerrado y lleno de líquido que existe para reducir la fricción entre los tejidos del cuerpo. Las bursas se encuentran cerca de las articulaciones principales, como los hombros, los codos, las caderas y las rodillas. La bursitis se produce cuando las bursas se inflaman. Existen dos tipos principales de bursitis en la cadera: la bursitis trocantérica y la bursitis del iliopsoas.

La bursitis trocantérica causa dolor en la parte externa de la cadera mientras que la bursitis del iliopsoas suele causar dolor en la parte delantera de la cadera, cerca de la ingle.

Las opciones de tratamiento incluyen inyecciones de cortisona, inyecciones de PRP, fisioterapia o estiramientos. Si la bursitis no se resuelve con estas medidas, puede recurrirse a la cirugía artroscópica para extirpar la bursa dolorosa.

Los desgarros del glúteo medio

El glúteo medio es un músculo situado en la parte exterior de la cadera que controla la abducción (el movimiento lateral hacia fuera del cuerpo, como las extensiones de las piernas, las patadas, etc.) Si no se detectan y/o no se tratan, los desgarros del glúteo medio pueden causar un dolor intenso y persistente.

Instabilidad de la cadera

La inestabilidad de la cadera puede ser el resultado de un incidente traumático o de un uso excesivo crónico:

  • La inestabilidad traumática abarca desde una dislocación grave hasta una sutil subluxación de la cadera (deslizamiento fuera de su sitio) y se produce con mayor frecuencia en accidentes de tráfico y eventos deportivos. Estas lesiones pueden causar daños en alguno o todos los componentes de la articulación de la cadera, así como contribuir a la formación de cuerpos sueltos.
  • La inestabilidad crónica puede surgir del uso excesivo de la articulación de la cadera. Este síndrome se produce principalmente como resultado de las actividades repetitivas que se realizan en la mayoría de los deportes, la danza y el patinaje sobre hielo. Esto estira el labrum, que los médicos tratan con medicamentos antiinflamatorios y fisioterapia. Sin embargo, si el dolor es persistente, se pueden considerar medidas artroscópicas.

Cualquier tipo de actividad atlética, desde los deportes de competición como el fútbol hasta las actividades individuales como correr, implica un impacto sustancial en la articulación de la cadera. Incluso las actividades de bajo impacto, como caminar o montar en bicicleta, pueden provocar una presión excesiva sobre la cadera. Las lesiones pueden producirse en un único episodio, como una rotura o dislocación limpias, o por desgaste a lo largo del tiempo.

Padecimientos de la cadera en las personas mayores

Los cirujanos realizan entre 200.000 y 300.000 operaciones de sustitución de cadera cada año en Estados Unidos; la mayoría de los pacientes tienen más de 60 años. Dado que utilizamos las caderas para la estabilidad, el equilibrio y la movilidad, las dolencias de la cadera pueden dar lugar a problemas graves, como dolor crónico, disminución del movimiento y discapacidad, lo que supone una gran preocupación para las personas mayores.

Fracturas de cadera

Las personas mayores que padecen osteoporosis, una enfermedad que provoca el adelgazamiento del tejido óseo y la pérdida de densidad ósea con el tiempo, son especialmente propensas a sufrir fracturas de cadera. Un resbalón en el hielo que en un momento dado podría haber provocado nada más que un moratón en un adulto joven puede dar lugar a una grave fractura de cadera. Combata la osteoporosis con ejercicio y estiramientos, que mantendrán la articulación de la cadera sana y lubricada.

Artritis

La artrosis, el tipo más común de artritis de cadera, es el desgaste general del cartílago de la articulación de la cadera. Cuando el cartílago se desgasta, los huesos se rozan entre sí, lo que provoca un fuerte dolor. Aunque la artritis puede aparecer a cualquier edad, las personas mayores de 60 años son más propensas a sufrir esta enfermedad crónica.

Displasia de cadera

La displasia de cadera es un crecimiento anormal de la cadera. Aunque suele diagnosticarse en bebés, no es raro que las personas afectadas por la displasia de cadera no experimenten ningún síntoma hasta la edad adulta o la tercera edad. Tanto los factores genéticos como los ambientales influyen en su aparición y gravedad.

No dejes que el dolor te detenga. Póngase en movimiento hoy mismo.

admin

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

lg